lunes, 28 de enero de 2013

Fragmento olvidado de una historia inconclusa

Esto fue algo que escribí en septiembre del 2010 para una amiga que por aquella época trabajaba en un webcomic... No se que habrá pasado con ella o su proyecto pero me encontré con el documento y me pareció interesante subirlo aquí
______________________



Había ido a la bodega de deportes. Apenas podía mover los pies por el cansancio que me dominaba, mis músculos estaban adormecidos y el costado del abdomen me dolía horrores. La noche anterior había sido una de las más duras, demasiadas trampas, demasiados policías, 0 joyas, 0 horas de sueño. Tenía todo el derecho de dormir toda la tarde si quería ¿cierto? «Al parecer no»
Cuando abrí la puerta pude ver a Miyu tendida en la pila de colchonetas. Su pecho se movía lentamente al ritmo de su respiración. Me acerque de forma silenciosa, no quería despertarla. En todos mis encuentros con ella, era la primera vez que la veía con una expresión tan tranquila, Y no es difícil saber porque.
Durante los atracos hay mucha ansiedad, nervios, ira y hasta miedo en algunas ocasiones, no paz. Y paz es lo que mas escasea cuando nos encontramos en la escuela, yo la “asechaba” «acosar es una palabra muy fea» y ella me seguía la corriente, pero siempre a la defensiva. Aunque eso era precisamente lo que yo quería ¿cierto?
-¿Saltándote clases?... y yo pensaba que tu eras la buena….- le dije con un tono lo suficiente alto, y lo suficiente irónico como para despertarla fácilmente.
-¿Qué haces tú aquí?- me preguntó desconcertada antes de sentarse rápidamente, alerta a cualquier movimiento de mi parte. Ahí estaba de nuevo la postura defensiva, que por alguna razón me comenzaba a desagradar.
Sonreí de medio lado con esa cara, que yo sabía, ella detestaba y me acerqué hasta quedar con el rostro a pocos centímetros del suyo.
-te informo que yo duermo aquí desde cuarto grado- le respondí con un tono que hasta a mi me pareció molesto.
Miyu alzó una ceja y se cruzó de brazos –viniendo de ti no me sorprende-
Me fije en las ojeras que tenia, las mismas que vi en mí esa mañana. Esta situación nos estaba desgastando demasiado, merecíamos un descanso de todo, de todos.
–Te ofrezco una tregua- le dije dando un paso hacia atrás. Era sincero, por primera vez no tenia segundas intenciones, solo quería un poco de tranquilidad, aunque fuera por un momento –necesito dormir tanto como tu-
La chica de la peluca lo pesó por un momento, pero yo no me detuve a esperar una respuesta de su parte, simplemente me tendí junto a ella, a una distancia suficiente para que entendiera que no pretendía nada, y cerré los ojos pasando mis brazos por detrás de mi cabeza.
Sentí como se volvía a recostar a mi lado, evite cualquier movimiento.
-si tenías tanto sueño, te pudiste quedar en casa-
Lamentablemente no era una opción para mí. Haberme quedado en casa «si es que se le puede llamar así» seria mi última decisión si lo que quiero es descansar, tengo más posibilidades de dormir durante las clases que en ese lugar.

Cuando desperté me sentía bastante mejor, intente moverme para comprobar el estado actual de mis agarrotados músculos, pero un agradable peso me lo impidió. Abrí los ojos perezosamente para encontrarme a Miyu durmiendo plácidamente sobre mi pecho, a tan poca distancia que en mi rostro podía sentir las suaves exhalaciones que salían de sus labios entreabiertos. Jamás me había fijado en lo tentadora que era su boca…« ¡deja de pensar idioteces!» Decidí que lo mejor era despertarla, no me gustaba el rumbo de mis pensamientos. Le moví el hombro y luego de un rato su mirada somnolienta se encontró con la mía.
-¿Pasa algo?- me preguntó con voz adormilada sin moverse ni un poco « ¿No era yo el acosador aquí?»
Sin querer, una sonrisa brotó de mis labios, una autentica sonrisa, sin ironía ni burla. Por un momento los ojos de la chica frente a mi parecieron absorberme, pero un agudo dolor me sacó de la pequeña ensoñación. –Auchh!
-lo siento ¿te duele?- me preguntó bastante preocupada, refiriéndose a la zona de mi abdomen en la que se había apoyado.
-no te preocupes, no es nada- respondí rápidamente quitándole importancia.
Pero Miyu se quedó pensativa un momento. « ¡Rayos! » luego me miró seriamente.
-eso no te lo hiciste peleando con la joya-
La seguridad de su voz era total. No había forma de que yo pudiera negar los hechos.
-bueno. Al final tu obtuviste la joya.- Mi respuesta no fue la mejor, pero ¿como decir “esto me pasó por volver a casa con las manos vacías” sin decir necesariamente eso?
Pude ver que me había entendido, apartó la mirada, su gesto se relajó y sus ojos se llenaron de sentimientos que no supe distinguir bien.
-¿Por qué quieres las joyas?-
No puedo lo negar, la pregunta me sorprendió. En mi cabeza se prendieron todas las alarmas de « ¡Alerta!» pero no podía desconocer que algo en mi me hacia querer desahogarme con la chica.
Suspire derrotado. –Si te lo digo estarás en problemas…- solté en un último intento por evitar la confesión.
-no veo como esto pueda traerme problemas-
«Ni yo, pero lo hará, estoy seguro»
Respire profundamente y comencé a sacar de mi todo eso que me había guardado por tanto tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario