lunes, 7 de enero de 2013

Cultura Yankee Made In Chilean (texto de 2010 para la clase de literatura)



En la actualidad, la sociedad chilena mira con recelo sus propias raíces, ignorándolas y hasta negándolas en ocasiones. Adoptando como propio, un modelo extranjero masificado por los medios de comunicación, el mercantilismo actual, la educación que recibimos y el sistema político y económico. Aunque con la globalización la asimilación de aspectos culturales extranjeros se facilita enormemente, me parece interesante realizar un análisis para intentar descubrir hasta donde es un proceso natural e inevitable a causa de las nuevas tecnologías y cuando pasa a ser la impugnación de nuestras raíces culturales.
Si nos fijamos, es muy fácil darnos cuanta hasta que punto vivimos admirando las cosas que se nos muestran a través de los medios, Siempre con un estilo de vida ideal sacada de otro lado. Envidiamos eso que vemos, las casa americanas, las palmeras de Miami, Los Malls, Happy hour, la Master Card, MTv, etc, etc. Terminamos envidiando eso que no tenemos (copiándolo la mayoría de las veces) y repudiando lo  propio, por que no se parece a lo que deseamos.
En las épocas finales del año, nos invades imágenes de paisajes nevados, renos de nariz roja y un viejo gordo con un grueso abrigo, que comenzó sus días como auspiciador de coca cola y que ahora es el icono de las festividades. Son todos traídos desde afuera, mostrándonos algo que nunca podremos tener, blancas noches nevadas junto a una chimenea, algo que en chile, exceptuando a la zona austral, es prácticamente imposible. Para esas fechas ya es difícil no morir de deshidratación dando un paseo por ahumada a las tres de la tarde, y a pesar de eso, los adornos de las vitrinas son falsos muñecos de nieve y galletas de jengibre, que jamás he probado. Finalmente esto se incorpora tanto a nosotros que terminamos enseñando a nuestros hijos de la misma manera y se transforma en un círculo vicioso que no tiene salida.
Y uno de los motivos por el que no tiene salida es por que vivimos en un sistema que se alimenta de nuestro consumismo, en donde se trata de mantener a la masa ignorante para que no se de cuanta que esta inmersa en un juego, y todos vayamos el fin de semana felizmente al Mall, a comprar una chuchería inservible pero que creemos necesitar, a ver una pésima película con un horrible argumento en 3D, comiendo Popcorn, m&m´s y tomando un café en el Starbucks. Por supuesto, todo pagado a crédito, en cuotas, por que el efectivo esta out y tenemos que alimentar a esta gran entidad invisible, que nos proporciona todo el placer plástico que necesitamos, o creemos necesitar.
Pero ¿por que la masa es ignorante? ¿Por qué no salimos del juego? Aquí entran todas las críticas a la educación, al sistema que cultiva de manera pobre la autonomía, los recortes en las horas de historia, LOCE, LGE, salones de clase sobre poblados, bajos sueldos en la docencia, todo hecho para que seamos lo suficientemente idiotas como para tragarnos todo lo que sale del tubo de la TV sin cuestionar nada, como auténticos vegetales, pero con la suficiente capacidad para poder salir de nuestras casas a comprar y , por supuesto, ir cada cuatro años a una urna y marcar una raya. Como dice el dicho, Panem et circenses (pan y circo), una frase muy acertada, creada en la antigua Roma para referirse a como el emperador y la clase alta ofrecía “pan y circo para el pueblo” para mantenerlo distraído de las actividades políticas y la corrupción de la época.
Sin embargo, es injusto darle toda la responsabilidad al sistema. En la utopía tecnológica en la vivimos resulta bastante sencillo hacerse de la información y solo basta con observar un poco para descubrir el juego en el que estamos metidos. ¿Por qué no lo hacemos? 
Lo que pasa es que no queremos darnos cuenta, nuestra realidad nos parece tan patética (por no decir deplorable, no se cual es peor) que preferimos vivir en la felicidad de la ignorancia y no afrontar la verdad de su situación, el país que vemos no nos gusta, nos molesta y no vemos posibilidad de cambiarlo. Entonces volvemos felizmente al pan y circo y la historia se repite en un cirulo infinito hasta que el imperio cae bajo su propio peso (es increíble lo que nos ensaña la historia)

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