En la actualidad, la sociedad chilena mira con recelo
sus propias raíces, ignorándolas y hasta negándolas en ocasiones. Adoptando
como propio, un modelo extranjero masificado por los medios de comunicación, el
mercantilismo actual, la educación que recibimos y el sistema político y
económico. Aunque con la globalización la asimilación de aspectos culturales
extranjeros se facilita enormemente, me parece interesante realizar un análisis
para intentar descubrir hasta donde es un proceso natural e inevitable a causa
de las nuevas tecnologías y cuando pasa a ser la impugnación de nuestras raíces
culturales.
Si nos fijamos, es muy fácil darnos cuanta hasta que
punto vivimos admirando las cosas que se nos muestran a través de los medios, Siempre
con un estilo de vida ideal sacada de otro lado. Envidiamos eso que vemos, las
casa americanas, las palmeras de Miami, Los Malls, Happy hour, la Master Card, MTv,
etc, etc. Terminamos envidiando eso que no tenemos (copiándolo la mayoría de
las veces) y repudiando lo propio, por
que no se parece a lo que deseamos.
En las épocas finales del año, nos invades imágenes de
paisajes nevados, renos de nariz roja y un viejo gordo con un grueso abrigo,
que comenzó sus días como auspiciador de coca cola y que ahora es el icono de
las festividades. Son todos traídos desde afuera, mostrándonos algo que nunca
podremos tener, blancas noches nevadas junto a una chimenea, algo que en chile,
exceptuando a la zona austral, es prácticamente imposible. Para esas fechas ya
es difícil no morir de deshidratación dando un paseo por ahumada a las tres de
la tarde, y a pesar de eso, los adornos de las vitrinas son falsos muñecos de
nieve y galletas de jengibre, que jamás he probado. Finalmente esto se
incorpora tanto a nosotros que terminamos enseñando a nuestros hijos de la
misma manera y se transforma en un círculo vicioso que no tiene salida.
Y uno de los motivos por el que no tiene salida es por
que vivimos en un sistema que se alimenta de nuestro consumismo, en donde se
trata de mantener a la masa ignorante para que no se de cuanta que esta inmersa
en un juego, y todos vayamos el fin de semana felizmente al Mall, a comprar una
chuchería inservible pero que creemos necesitar, a ver una pésima película con
un horrible argumento en 3D, comiendo Popcorn, m&m´s y tomando un café en
el Starbucks. Por supuesto, todo pagado a crédito, en cuotas, por que el
efectivo esta out y tenemos que alimentar a esta gran entidad invisible, que
nos proporciona todo el placer plástico que necesitamos, o creemos necesitar.
Pero ¿por que la masa es ignorante? ¿Por qué no salimos
del juego? Aquí entran todas las críticas a la educación, al sistema que
cultiva de manera pobre la autonomía, los recortes en las horas de historia,
LOCE, LGE, salones de clase sobre poblados, bajos sueldos en la docencia, todo
hecho para que seamos lo suficientemente idiotas como para tragarnos todo lo
que sale del tubo de la TV sin cuestionar nada, como auténticos vegetales, pero
con la suficiente capacidad para poder salir de nuestras casas a comprar y ,
por supuesto, ir cada cuatro años a una urna y marcar una raya. Como dice el
dicho, Panem et circenses (pan y circo),
una frase muy acertada, creada en la antigua Roma para referirse a como el
emperador y la clase alta ofrecía “pan y circo para el pueblo” para mantenerlo
distraído de las actividades políticas y la corrupción de la época.
Sin embargo, es injusto darle toda la responsabilidad
al sistema. En la utopía tecnológica en la vivimos resulta bastante sencillo
hacerse de la información y solo basta con observar un poco para descubrir el
juego en el que estamos metidos. ¿Por qué no lo hacemos?
Lo que pasa es que no queremos darnos cuenta, nuestra
realidad nos parece tan patética (por no decir deplorable, no se cual es peor)
que preferimos vivir en la felicidad de la ignorancia y no afrontar la verdad
de su situación, el país que vemos no nos gusta, nos molesta y no vemos posibilidad
de cambiarlo. Entonces volvemos felizmente al pan y circo y la historia se
repite en un cirulo infinito hasta que el imperio cae bajo su propio peso (es
increíble lo que nos ensaña la historia)
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